Mi infancia discurrió en un barrio raro, si, ni chungo ni malo ni bueno ni nada... raro. Era el típico barrio español obrero de los 70, con bloques de pisos donde los inmigrantes españoles (andaluces, extremeños, sorianos, etc.) habían puesto el huevo, por la ausencia de trabajo en sus provincias de origen.
El gobierno de aquella época, considerando el inmenso valor social de la obrerocracia, decidió que el sitio más adecuado para poner un manicomio era el barrio, justo al lado del frontón. Un idílico lugar donde los niños pudimos disfrutar de la agradable compañía de locos como "el emiliano" que nos enseñó a jugar a pala, "el ojos de gato" que nos daba misa subido en cualquier banco, "lola la loca" que nos permitía tener un simulador de manifestaciones porque nos tiraba piedras y botellas, y otros amenos personajes de los que daré noticias en varias ocasiones.
Aquel barrio era una especie de "melting pot" (toma ya) pero que de "melting" nada, cada uno tiraba pa lo suyo y listo. Recuerdo el día que el vecino alcohólico del sexto se tiró por la ventana, llegué al portal y estaba todo lleno de sangre, el tipo cubierto por una sabana y la gente mirando, fue el mismo día que descubrí las tetas en la cadena alemana RTL, que se veía en casa de un amigo cuya familia era de una secta cristiana. Lo siguiente que le pregunté a mi madre fue ¿qué hay para cenar?, y es que los demás no importaban demasiado, tampoco hacíamos mucho esfuerzo por conocernos.
En esa época la gente no era tan ñoña como ahora, y yo como buen hijo de currito iba al colegio público, en mi clase no había inmigrantes como ahora, si que había gitanos, retrasados mentales, y paralíticos, que curiosamente resultaban ser mejores personas que la gente "normal", y ya es mucho decir, el nivel de gilipollez y falta de todo entre la chavalería de entonces era abrumador... ahora debe ser de escandalo, no lo se ni me importa.
El profesorado tampoco era de lujo que digamos, recuerdo con especial cariño (unahostialedabaahoraquelesacabalosdientes) al "gran facha", que nos inculcaba valores tradicionales con frases tales como "ahora no tenéis ni puta idea de vestir, todos lleváis la misma ropa, a mi la ropa me la hacia mi abuela a mano y eso era ropa original". Este tipo nos aplicaba cariñosos epítetos tales como hijos de puta, cabrones, subnormales y separaba la clase entre los que valen para estudiar que iban a primera fila y los que no, que íbamos a la parte de atrás. Uno de sus mayores sufrimientos era que en nuestra clase había una foto del rey y no una de Franco, y ese era uno de los pocos consuelos que teníamos, de vez en cuando le sacábamos el tema para tocarle un poco los cojones.
Y es que todo se aprende, por desgracia. El próximo día seguiré dando explicaciones de como era "aquello" entonces.
Tamos impacientes dandole al f5!!!!
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